Ir al contenido principal

Entradas

La atención

La clave de la práctica budista no consiste, como muchos piensan, en no pensar, en intentar, de forma obsesiva, dejar la mente en blanco, vacía de pensamientos. Más bien se trata de permanecer atento , en calidad de observador, del fluir de nuestros pensamientos, sensaciones y percepciones sin entrar en diálogo con ellos. Es decir, permanecer dentro de una consciencia tranquila siendo los espectadores de nuestros pensamientos. Dentro de la tradición budista a este estado se le denomina “ presencia ”. Ella consiste simplemente en permanecer en la claridad natural del espíritu. Si yo soy consciente de mis pensamientos, sensaciones y percepciones habituales, en vez de dejarme llevar por ellos, su poder sobre mí se debilitará. Lo importante es entender que ese continuo ir y venir de los pensamientos no es más que el funcionamiento natural del espíritu, similar a las olas que baten la superficie de la orilla del mar. Un ejercicio sencillo consiste en sentarse recto y con

Sirsana

                                                  Sirsana está considerada como el rey de las ásanas. Sus beneficios son innumerables: calma el sistema nervioso, estimula el corazón, nutre las células cerebrales (con el consiguiente beneficio para problemas neuronales), mejora la circulación, equilibra el sistema hormonal como el digestivo y fortalece el espíritu dando seguridad y suministra un renovador aporte de sangre a las células cerebrales. Sirsa significa cabeza, Salamba significa con soporte, sostenido, apoyado, apuntalado.  1.- Coloque una manta o esterilla (antideslizante) en el suelo. Arrodíllese en el suelo frente a la esterilla. Colócate de rodillas, entrecruza los dedos de las manos formando un triángulo de 90º con los codos. 2.- Presione firmemente el borde externo de los antebrazos, muñecas y manos en el suelo, elevando los hombros.  Baje la cabeza al suelo (sin hundir los hombros) y apoye la cumbre (coronilla) de la cabeza en el esterilla, de

Tabla de yoga para niños

                                       

Yoga para niños

Los padres buscan actividades para sus hijos que, además de divertirles, tengan beneficios positivos para su desarrollo físico y psíquico y para su salud. El yoga para niños puede ser una buena opción para aunar juego con relajación, concentración y equilibrio. ¿Cuándo puede mi hijo practicar yoga? Los expertos coinciden que la mejor edad para que el niño comience a practicar yoga es a partir de los 4 años . A esa edad los pequeños ya tienen la capacidad de realizar y controlar ciertos movimientos del cuerpo y pueden ver la práctica del yoga como una   actividad lúdica , ya que muchas de las posiciones imitan a diferentes animales (el gato, la serpiente, la garza, …), plantas (loto) y formas (triángulo, mesa, …).

Ejercicios para conservar una buena vista

                             A lo largo del día, nuestros ojos están sometidos a las pantallas de los ordenadores, a iluminaciones agresivas, al polvo o a la contaminación. Por eso tus ojos necesitan cuidados y atención. Aquí te proponemos una fácil rutina para ejercitar y relajar tus ojos y mantenerlos en forma. La fatiga ocular está relacionada con la rigidez de la nuca y de la columna vertebral (cervicales). La vida moderna no estimula el funcionamiento de los ojos según su fisionomía natural, es decir, limita la movilidad de los músculos oculares y los fijas durante largos períodos de tiempo en un mismo punto. Como todos los órganos, los ojos también necesitan reposo. Frota las palmas de tus manos entre sí para calentarlas y luego coloca las palmas sobre tus ojos para transmitirles el calor y generar una sensación de protección y paz. Al mismo tiempo, intente ver imágenes que te tranquilicen y relajen. Cierra los ojos unos minutos y luego parpadea varias veces para a

Garudasana. Postura del Águila

La postura del águila es un ásana de de equilibrio que además estira y relaja las articulaciones de brazos y piernas. Alivia la tensión de los hombros al abrir la parte superior de la espalda; estira las caderas y muslos; fortalece las piernas. Es una de las mejores posturas para aliviar los calambres en las piernas y los dolores del nervio ciático. Además, ya que mantener el equilibrio requiere una gran concentración, ayuda a enfocar y a calmar la mente. Tiene un gran valor terapéutico para las personas que sufren de asma o de dolores lumbares. El nombre de la postura viene de Garuda : mítico Rey de los pájaros y poderoso oponente del mal que lleva al gran dios Vishnu, el “Preservador” y a su consorte Lakshmi, volando a través del universo.