Centrarse
en la respiración para vaciar la mente
La mente, comparada con frecuencia con un caballo o un
mono en los textos budistas, nos mantiene fuera de nosotros mismos a través de
un flujo incesante de pensamientos y emociones.
La atención en la respiración es un recurso sencillo para vaciar la
mente y propiciar la concentración.
Debes buscar un lugar confortable y
tranquilo. Podemos sentarnos en loto o en una silla si tu estado físico no te
permite cruzar las piernas. Incluso utilizando un soporte de concentración (un
objeto o la llama de una vela), nuestra mente no consigue calmarse y alcanzar
la concentración. Utilizar la respiración como soporte para mantenernos
concentrados resulta un método eficaz.
Si estás agitado debes empezar por contar
tu respiración, es decir, cuenta mientras inspiras y expiras lentamente.
Algunos maestros budistas recomiendan contar los primeros 21 ciclos de
respiración a fin de conseguir rápidamente calmar la mente y vaciarla de
pensamientos. Si pierdes el hilo, si los pensamientos comienzan a surgir y
pierdes la cuenta de tu respiración, comienza de nuevo a contar sin
preocuparte, sin agitarte, ya que no es un ejercicio fácil, requiere paciencia
y práctica diaria.
Otras posibilidades. En vez de contar la respiración,
focaliza tu atención en la expiración. Al final de cada expiración, reten la
respiración algunos instantes a pulmón vacío antes de volver a inspirar. Si lo
prefieres, puedes centrarte únicamente en la sensación del aire que entra y sale de las fosas
nasales. Pon atención al número de veces que te has visto obligado a centrarte
en la respiración, ya que los pensamientos han vuelto a poblar tu mente de ideas
y emociones.
Comentarios
Publicar un comentario