Chakra es una palabra sánscrita que significa
rueda o vórtice y hace referencia a los siete centros de energía que componen
nuestra consciencia y nuestro sistema nervioso. Sirven como una especie de
“aparatos” de captación y expulsión de energías; sus vórtices giratorios
permanecen en continuo movimiento y tienen en el ser humano aproximadamente, un
diámetro de 5 a 10 centímetros.
Los chakras se establecen en la intersección de flujos energéticos, que se
conoce como meridianos, y giran hacia la derecha o la izquierda, dependiendo
del sexo. Esto es, por ejemplo, el chakra básico de los hombres gira hacia la
derecha expresando que es más activo en el ámbito material y sexual, cuando el
de la mujer va en sentido contrario, transmitiendo una mayor receptividad a la
fuerza creadora de la Tierra y a la comunicación profunda de las emociones.
En su representación oriental, los chakras se ven como un número variable
de pétalos, según el grado de complejidad de cada uno. Para concluir, cada
chakra tiene su función y significado trascendental, y está ligado a
determinados órganos que desempeñan un papel esencial en los planos emocional,
psíquico y sobretodo, espiritual.
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