Este mudra es muy conocido especialmente en las
religiones orientales puesto que va unido a la meditación. Es el mudra más
tradicional que existe para meditar, por su comodidad y la tranquilidad que
aporta.
Su fuerza se deriva del establecimiento de un círculo de energía que recorrerá todo el cuerpo. Además del simbolismo relacionado con el cuenco vacío que emula la limpieza y sencillez interior.
Su fuerza se deriva del establecimiento de un círculo de energía que recorrerá todo el cuerpo. Además del simbolismo relacionado con el cuenco vacío que emula la limpieza y sencillez interior.
Propiedades
Este
mudra tiene propiedades en los tres planos:
1. En el plano mental: elimina el estrés y
la presión mental. Procura paz a nuestros pensamientos y elimina aquellos que
nos estén haciendo daño.
2. En el plano emocional: limpia y renueva
la energía emocional, sanando las heridas del pasado y esperanzándonos para el
futuro.
3. En el plano espiritual: es sin duda
para lo que se utiliza con más frecuencia, pues despierta la sabiduría que hay
en nuestro interior y nos pone en contacto con nuestra propia divinidad. Además
nos introduce en el Todo y nos permite vivir experiencias muy elevadas y
espirituales. Ayuda a despertar la conciencia.
Ejecución
Este mudra puede ser utilizado en la tradicional
postura de meditación con las piernas cruzadas, o estando en una silla con la
espalda recta y las piernas en ángulo de noventa grados. A continuación sitúa
tus manos como se te indica en el gráfico y cierra los ojos.
Esta posición está especialmente indicada para no pensar en nada. Es decir, no se utiliza para meditar algo en concreto, sino sobre lo que vaya surgiendo.
Para ello deberás centrarte exclusivamente en tu respiración e ir apartando de tu mente aquellos pensamientos más cotidianos para ir dando paso a los pensamientos más profundos.
Puedes realizarlo cuantas veces quieras, especialmente en aquellos momentos en los que te sientas presionado o estresado. Puede ayudarte a superar un mal momento emocional o sentimental. Así que también puedes considerarlo como un mudra de urgencia.
Esta posición está especialmente indicada para no pensar en nada. Es decir, no se utiliza para meditar algo en concreto, sino sobre lo que vaya surgiendo.
Para ello deberás centrarte exclusivamente en tu respiración e ir apartando de tu mente aquellos pensamientos más cotidianos para ir dando paso a los pensamientos más profundos.
Puedes realizarlo cuantas veces quieras, especialmente en aquellos momentos en los que te sientas presionado o estresado. Puede ayudarte a superar un mal momento emocional o sentimental. Así que también puedes considerarlo como un mudra de urgencia.
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