Prana es la fuerza de la vida, la energía vital. Yama es la disciplina, el control. Pranayama es la técnica de control de la respiración, vehículo del prana. A través de los pranayamas aportamos energía y fuerza a nuestro organismo, equilibramos la mente y creamos las condiciones idóneas para establecer la unión cuerpo, alma y espíritu.